Un distribuidor de bebidas gaseosas que tenía por costumbre ir los lunes a las agencias bancarias, para depositar el dinero que ingresaba de las ventas, fue asesinado, con un disparo en la cabeza, la mañana de ayer, en las calles Juan Equis Marcos, entre Bolívar y Calderón, de Babahoyo.
Tres individuos, que al parecer conocían los movimientos del empresario Franklin Rodríguez Baldeón, de 35 años, comenzaron a seguirlo en dos motocicletas, para pretender robarle más de cinco mil dólares que llevaba.
Según las primeras indagaciones policiales, se sospecha que todo ocurrió por un intento de asalto.
Los hampones aprovecharon que Rodríguez detuvo la marcha de su carro Vitara, de placa GM0-521, en un semáforo. Se le acercaron y lo habrían amenazado de muerte para que les entregue el dinero.
El conductor aceleró la marcha del vehículo, pero uno de los delincuentes le disparó en la cabeza.
Los segundos de agonía hicieron que el joven empresario apresure más la marcha del carro y se lleve por delante una de las motos donde se movilizaban los pillos, los cuales salieron ilesos y fugaron.
La velocidad que llevaba el Vitara también hizo que se suba la vereda y se estrelle contra la vivienda de la familia Viejó de la que derribó una pared. Un joven que dormía cerca de las 09:00 se salvó de morir aplastado por los escombros de cemento que dañaron varios artículos en ese inmueble.
DINERO
Las personas que estaban por el lugar quedaron aterrorizadas con lo sucedido. Una mujer informó que los pillos portaban cascos y fue imposible identificarlos. Nadie hizo nada por capturarlos porque los sujetos estaban armados.
A los pocos minutos llegó un policía motorizado que rondaba la zona y evitó que la gente se lleve el dinero en efectivo que había dentro del automotor, junto a cinco cheques.
Tras confirmarse el deceso del empresario, agentes de la Brigada de Homicidios hicieron el levantamiento del cadáver que había quedado acostado en los asientos posteriores, sobre un charco de sangre.
Los familiares y amigos se hicieron presentes en el lugar de los hechos, pero evitaron dar detalles al aducir que no sabían las razones del crimen. En medio de la multitud que intentaba identificar al cadáver apareció la abogada Norma Gaibor, quien decía que el difunto era padre de dos niños. Lo conocía hace años.
Operativo policial
El crimen movilizó a decenas de policías que participaron de un operativo por toda la ciudad de Babahoyo para rastrear a los malhechores.
El jefe de la Policía, coronel Patricio Carrillo, ofreció una recompensa para las personas que informen sobre el paradero de los delincuentes.
La moto roja que abandonaron los pillos tenía pegada una calcomanía de la cabeza de un toro en el tanque de gasolina.
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